11 Jun Incontinencia urinaria de esfuerzo
A mí, me gusta ubicar el problema de la Incontinencia urinaria de esfuerzo, en una línea de tiempo.
Para la mayoría de las mujeres, todo empieza con un parto por vía vaginal. Pasado algún tiempo, esa mujer se da cuenta que tiene algunos escapes de orina al toser, estornudar, reírse, o al hacer algún esfuerzo, como puede ser levantar algún objeto pesado, cargar a su hijo, o cuando hace algún ejercicio físico. Ella lo interpreta como algo normal, como consecuencia de haber tenido un hijo hace poco tiempo y cuando le pregunta a sus amigas, ellas le dicen que eso es normal porque a muchas de ellas también les ha pasado. Entonces la mujer se queda tranquila y no consulta por eso. Con el paso del tiempo, los escapes de orina se incrementan y ella decide consultar, probablemente después de varios años de tener el problema. El médico que la atiende, de acuerdo con la historia clínica, decidirá si le ordena ayudas diagnósticas, bien sea una Urodinamia o un ultrasonido de piso pélvico. Con esos resultados, confirmará o descartará la presencia de una incontinencia urinaria de esfuerzo y teniendo en cuenta la edad de la paciente, qué tan sintomática esté y que tanto afecte su calidad de vida, tomará la decisión del tratamiento a realizar. En muchos casos, la recomendación puede ser: “usted está muy joven” “todavía no es quirúrgica” “haga ejercicios de fortalecimiento de piso pélvico”, u ocasionalmente la remitirá a un sitio especializado para que se los hagan, o simplemente le dirá “aprenda a vivir con su incontinencia”. En ese momento, habremos perdido una oportunidad de oro para ofrecerle alguna alternativa de tratamiento no quirúrgico y de esa manera, mejorarle la calidad de vida a esa paciente. Generalmente después de varios años, por fin, esa paciente será llevada a un tratamiento quirúrgico, con el que en términos generales tendrá un buen resultado, pero en algunos casos, será necesario, con el paso del tiempo, ofrecerle un retratamiento, con una técnica diferente.
Evolutivamente, antes de caminar erguidos, nuestros antepasados, al estar en gestación, todo el peso de ese embarazo, lo sostenía la pared abdominal. Cuando empezaron a caminar erguidos, ese peso se trasladó al piso pélvico que termina actuando como un embudo.
Si a eso le sumamos el aumento en la esperanza de vida de las mujeres, quienes en solo el Siglo XX, pasaron de tener al principio de ese siglo, una esperanza de vida al nacer de 41 años, a una de 73 años al final del mismo, tendremos como consecuencia que un piso pélvico que no estaba preparado para soportar ese peso y que además, tiene que soportarlo por un mayor tiempo, tenga una posibilidad mucho mayor de que desarrolle una Relajación de ese piso pélvico, una Incontinencia o incluso un prolapso.
Tenemos 2 tipos grandes de Incontinencia Urinaria.
1. La incontinencia urinaria de urgencia, que es cuando la mujer tiene ganas de orinar, pero no alcanza a llegar al baño y se le sale la orina. Generalmente tiene que ver con una infección urinaria o porque el músculo de la vejiga está irritado.
2. La incontinencia urinaria de esfuerzo, como su nombre lo dice, es cuando la pérdida involuntaria de orina se produce al hacer algún esfuerzo, como toser, reírse, levantar un objeto pesado, etc. La causa más frecuente es que la vejiga está un poco caída y eso permite que se salga la orina.
Si comparamos el piso pélvico de una mujer con un barco anclado en el mar, vamos a entender qué es lo que pasa.
El piso pélvico, es el mar, que es el que sostiene el barco, que para nuestro ejemplo serán los órganos de la pelvis (Útero, vejiga, recto). Los ligamentos son el ancla. Si el piso pélvico está en buenas condiciones, esos ligamentos van a ser capaces de sostener esos órganos. Pero si ese piso pélvico está debilitado, es probable que sea por haber tenido parto por vía vaginal, esos ligamentos se tendrán que estirar. Si ese piso pélvico se sigue deteriorando, ahora por los años, llegará un momento en que esos ligamentos no aguanten más y se van a reventar y eso permitirá que los órganos de “caigan” y pueda presentarse no solo la incontinencia, sino también los prolapsos de los distintos órganos de la pelvis.
Normalmente, la vejiga es un órgano abdominal, cuando se pierden los tejidos de soporte, los mecanismos de continencia urinaria ya no van a funcionar en forma adecuada y cuando hacemos algún esfuerzo, en vez de cerrarse un musculito entre la vejiga y la uretra para que no se salga la orina, pasa la contrario, se abre y por eso, se sale la orina.
Cómo consecuencia de eso, la mujer que tiene una incontinencia urinaria de esfuerzo, siempre va a estar pendiente, cuando llegue a algún sitio, de dónde está el baño, para poder ir hacia allá, lo más rápido posible si lo necesita. Pero también podrá hacer infecciones urinarias; podrá tener la sensación de tener una masa o un peso en la vagina, que es la vejiga que está más bajita de lo normal; podrá tener escapes de orina al hacer algún tipo de esfuerzo o incluso al tener relaciones sexuales; tendrá temor de que otras personas le puedan sentir el olor a orina; o preferirá quedarse en su casa, para no correr el riesgo de tener un accidente con salida de orina en forma inesperada.
1 de cada 3 mujeres antes de los 50 años, y la mitad, después de esa edad, puede tener una incontinencia urinaria de esfuerzo. Eso implica que, según esas esas cifras, solo en Medellín, puede haber unas 420 mil mujeres que sufren de incontinencia urinaria de esfuerzos.
Es importante que las mujeres le cuenten a su médico que tienen escapes de orina, para que ese profesional pueda ofrecerles la mejor alternativa posible para mejorar su calidad de vida.
Ahora, si yo soy una mujer que tiene una incontinencia urinaria de esfuerzo, ¿me tengo que operar? Existen alternativas no quirúrgicas para hacer el tratamiento de la Incontinencia Urinaria de esfuerzo.
Nosotros, tenemos un sistema exclusivo de tratamiento, en el cual combinamos el tratamiento con láser para la incontinencia urinaria de esfuerzo, con el fortalecimiento del piso pélvico, tanto con la terapia de piso pélvico tradicional con un equipo de Biofeedback como con un equipo que genera ondas electromagnéticas focalizadas de alta intensidad, que se llama EMSELLA. Somos los únicos en Medellín en utilizar esta combinación de tecnologías de punta con el fin de obtener muchos mejores resultados en el tratamiento de nuestras pacientes.
8 de cada 10 mujeres a quienes les hacemos tratamiento con nuestro sistema, mejoran de su incontinencia urinaria de esfuerzo, que es un resultado similar al que se obtiene con la cirugía. Con las ventajas de no tener que llevar la paciente a cirugía, como son: no tener los riesgos propios de un procedimiento quirúrgico, por la anestesia, por infección. Además, no tendría los riesgos en el largo plazo, de la malla que se utiliza en cirugía.
Si estás cansada de tener escapes de orina y no quieres ir a una cirugía, pide una cita con nosotros y permítenos ayudarte a mejorar tu calidad de vida.